El Arbol De La Vida


El árbol de la vida


Es fuente de todo aquello que precisamos en la vida, solo que este Árbol, no da frutos materiales, sino que de él recogemos bendiciones, abundancia, plenitud, fuerza, poder, sanación, felicidad y dulzura. 


Este Árbol nos conecta con nuestro origen, con el universo, con el principio y el fin de todas las cosas, con lo que fue, es y será, con un mundo ilimitado, con la inmortalidad, con la verdad, con toda la belleza inimaginable e intangible, con todas las emociones positivas, con otra realidad sin caos, sin miedo, sin muerte. 
 

 

 
Ese es el Árbol de la Vida.


En el Árbol de la Vida encontrarás todo aquello que necesites y que jamás pensaste ni siquiera concebiste que pudiera existir. 
 
Hallarás el elixir de la fruta más dulce y madura, de la lucidez y la conciencia, de la certeza y la seguridad.
 

Y todos deseamos encontrar ese árbol, ¿Donde se esconderá ese árbol?
 

Y pasamos la vida persiguiendo esos destellos de alegría, corriendo detrás de la felicidad, de objetos y personas que puedan proporcionárnosla, sin darnos cuenta que ese lugar que buscamos desesperadamente no está en este mundo, no se puede observar con los sentidos.
 

Está más escondido, en nuestro interior yace y descansa ese Árbol de la Vida, cuya sombra nos ampara, se halla dentro de nosotros cuando las voces fuertes se callan, cuando estamos en paz y podemos vislumbrar otra realidad, conectar con lo que verdaderamente somos, con nuestra esencia.
 

Este árbol hunde sus sus raíces en un mundo donde no existe el tiempo, el espacio ni el movimiento. 
 

Donde todo permanece y fluye incesantemente, sin altibajos, sin ciclos.
Vuelve a tu Árbol de la Vida, riégalo y cuídalo siempre que puedas, pues solo así podrás obtener todo aquello verdadero que deseas. 
Solo así conseguirás los frutos reales, los frutos intangibles, los que perduran y nunca caducan.






El árbol de la vida es uno de los símbolos cabalísticos más importantes del judaísmo.
Está compuesto por 10 esferas (sephiroth) y 22 senderos, cada uno de los cuales representa un estado (sephirah) que acerca a la comprensión de Dios y a la manera en que él creó el mundo.

El llamado “Árbol de la vida” es uno de los símbolos cabalísticos más importantes del judaísmo, sino el más relevante.


Este “árbol” está compuesto de 10 esferas denominadas “sefirot” y 22 senderos, los cuales determinan o representan un estado “sefira” que a su vez acercan a la comprensión de Dios y la creación del mundo que conocemos.

Es decir que este “Árbol de la vida” sería una especie de mapa de la creación de Dios.
“Se dice que Árbol de la vida, es el mismo que se hace referencia en la biblia (Génesis 2,9)”


Las 10 Sefirot


1. Kéter – Está representada por La Corona, y significa la providencia equilibrada.
2. Jojmá – Representa la sabiduría.
3. Biná – Representa a la inteligencia siempre activa.
4. Jésed – Representa a la misericordia y a la grandeza.
5. Gevurá – Representa a la justicia y a la fuerza.
6. Tiféret – Representa a la belleza.
7. Nétsaj – Representa a la victoria de la vida sobre la muerte.
8. Hod – Representa a la eternidad.
9. Yesod – Representa el fundamento, la generación o piedra angular de la estabilidad.
10. Maljut – Representa el reino y el principio de las formas.



Los 22 caminos del árbol

1. Aleph
2. Beth
3. Gimel
4. Daleth
5. Heh
6. Vav
7. Zayin
8. Cheth
9. Teth
10. Yod
11. Kaph
12. Lamed
13. Mem
14. Nun
15. Samekh
16. Ayin
17. Peh
18. Tzaddi
19. Qoph
20. Resh
21. Shin
22. Tau

Debe entenderse el Árbol de la Vida como un diagrama, en donde cada camino tendrá un número distintos así como un rasgo que lo diferencie entre los demás.
Aunque existe una polémica en su interpretación
.




Si estudiamos detenidamente la figura adjunta del Arbol de la Vida, vemos que se forman en ella tres triángulos que unen diversas esferas.

Básicamente vemos que, a simple vista y en forma descendente, se forman tres triángulos que reciben los nombres de: Triángulo Superior o Superno, Triángulo Etico y Triángulo Mágico.


Si observamos la forma que tiene cada uno de ellos, vemos lo siguiente.
El primer triángulo (Superno) construido con las esferas de La Corona (Kether), La 

Sabiduría (Kjokmah) y El Entendimiento (Binah), es de carácter ascendente, teniendo su cúspide en Kether.

El segundo triángulo que le sigue, el Triángulo Etico, conformado por La Misericordia (Kjesed), La Fuerza (Gueburah) y La Armonía (Tipheret), es de carácter descendente y se manifiesta como un reflejo del anterior, como si estuviera puesto sobre un espejo.

El tercer triangulo Ahora bien, el Triángulo Mágico, que sigue a los otros, también es un reflejo del primero y una repetición del segundo, evidentemente a una menor escala.
Por último, tenemos la esfera de El Reino (Malkuth), que si bien no forma un triángulo con otras esferas, es el receptáculo de todas las demás esferas del Arbol de la Vida.

No podemos dejar de analizar la relación general que se produce entre los diversos triángulos del Arbol de la Vida debido al hecho de que los triángulos inferiores actúan como reflejo del superior o superno.

La palabra reflejo está definida en el diccionario como aquello que ha sido reflejado, en tanto que reflejar está definido como hacer retroceder o cambiar de dirección los rayos luminosos, caloríficos, acústicos, etc., oponiéndoles una superficie lisa.

Por su parte, la palabra imagen se la concibe como representación en pintura o escultura de una persona o cosa; representación de la divinidad, de los santos, etc.: representación de la figura de un objeto formado por la reflexión o refracción de los rayos de luz.

Como se verá entonces, la palabra reflejo tiene una directa relación con la idea de imagen.
Pero bien, este reflejo se da invertido como ocurre ante un espejo o en el agua.
De allí que algunas imágenes antiguas del macroprosopos y del microprosopos se ve al derecho la primera y al revés, o invertida, la segunda, dándole una connotación demoníaca a la creación, o tomando el término demiúrgico en un sentido negativo y peyorativo que no tiene.

Asi mismo en la Biblia se dice que el ser humano es creado a la imagen y semejanza de Dios.
Nuevamente tenemos aquí la idea de imagen que, como hemos visto, se refiere a un reflejo; pero aparece también el término semejanza, que nosotros sabemos que se refiere a igualdad.

Sin embargo, desde el punto de vista matemático implica una igualdad en los ángulos y una proporcionalidad en las líneas correspondientes.
De esta definición matemática, que es más específica, nosotros podemos colegir que los términos imagen y semejanza se refieren a un reflejo proporcional de Dios.

Aplicados ahora estos conceptos a los triángulos en estudio, tenemos que el segundo y el tercero son un reflejo proporcional del Triángulo Superno, con una igualdad aparente, puesto que son un reflejo y, en consecuencia, su potencialidad no es la misma sino que es proporcionalmente inferior.

Muchas veces hemos visto en televisión alguna secuencia donde se muestra a una soprano que es capaz de romper los cristales al emitir determinadas notas; sin embargo – en el evento que esa secuencia sea real, o no una mera recreación artística – no se producen los mismos resultados con los artículos de cristal que nosotros tengamos cerca del televisor en ese momento, y ello es debido a que el aparato electrónico, si bien reproduce las imágenes y sonidos, no los trasmite con la misma fuerza e intensidad, distorsionando y aminorando los efectos de la realidad, lo mismo que ocurre con las energías espirituales, que no son manifestadas con la misma fuerza e intensidad en los planos inferiores, Por ello somos solamente una imagen proporcional de nuestro ser superior.

Antes de terminar, es útil recordar que en la esfera del Reino nos vamos a encontrar con los cuatro elementos, tres de ellos formando un triángulo, más un elemento que será la síntesis de los demás (la tierra o el color negro).
En todo caso, conviene tener presente que la idea de reflejo nos indica algo que está representado, lo que no quiere decir que tenga todos los atributos y potencias del ser que es representado, sino que es su imagen, su reflejo y, por lo tanto, sus potencias son proporcionales al ser que representan.

Pasaremos ahora a un estudio detallado de los tres triángulos básicos que se forman en el Árbol de la Vida, y a la esfera del Reino (Malkuth) que es el receptáculo de todas las energías que descienden desde las demás esferas de la Cabalah.

El Triángulo Superno o Superior:
Este primer triángulo está conformado por las esferas de La Corona (Kether), La Sabiduría (Kjokmah) y El Entendimiento (Binah), además de los senderos N 11, El Mago; N 12, La Sacerdotisa, y N 14, El Emperador.


Además de los componentes señalados debemos agregar la esfera de Daath, o El Conocimiento, que si bien se nos ha enseñado que es un estadio de consciencia fundamentalmente móvil y que su actividad puede hallarse en cualquier parte del Arbol de la 

Vida, no es menos cierto que su génesis se da con el Inmanifestado o con esta tríada, mas no con las otras, como pasaremos a explicar.

Para algunos autores, la esfera de Daath es una forma de manifestación directa de la Existencia Negativa o Inmanifestado que se expresa en la Creación, jugando en ella el rol de embajador.

Para otros, esta esfera es la resultante de la interacción de las esferas de La Sabiduría (Kjokmah -Activo) y de El Entendimiento (Binah-pasivo): El Padre Superno, Abba, se casa con la Madre Superna, Ama, y Daath es el hijo.
También hay algunos que sostienen que la esfera de Daath es el reflejo de la propia esfera de La Corona (Kether).

Sin embargo, cualquiera que sea la concepción que se tenga de esta esfera, si la analizamos desde el punto de vista tridimensional, proyectada hacia el centro y hacia afuera del triángulo superior, tendremos que conjuntamente con este – se forma una pirámide simple de base triangular, siendo esta base el triángulo superno, compuesto por Kether, Kjokmah y Binah.


Ahora bien, por el hecho de ser una pirámide de base triangular, es la primera figura tridimensional que se puede formar en el mundo de la geometría, y ello involucra un salto de dimensión desde lo bidimensional a lo tridimensional, que hace posible la creación de todas las demás figuras de este Universo.

Resulta entonces interesante aplicar esta analogía a nuestro tema de estudio.
Con la analogía señalada, podremos comprender la situación que acontece en los estados de la inexistencia, en donde los tres elementos: Ain, la Negatividad; Ain Soph lo ilimitado, y Ain Soph Aur, la Luz ilimitada, se unen para provocar un salto desde lo adimensional a lo unidimensional, en donde la esfera de La Corona (Kether) es su resultante (o elemento de transición, si usamos los términos del ciclo dinámico).


Por ello, es importante tener presente la imagen mágica de esta esfera que corresponde a la de un Rey anciano, barbudo, visto de perfil.
Importa destacar aquí la característica de que se encuentra de perfil, esto es. que no tenemos una visión completa de él sino sólo una parte, quedando oculta o fuera de nuestra percepción – mejor dicho, fuera de nuestra dimensión – aquella parte que lo une a lo Inmanifestado preservando su esencia incólume.


Del elemento Kether emanan, a su vez, dos polaridades o elementos diferentes y opuestos entre sí, el elemento activo o energía (Kjokmah) y el elemento pasivo o forma (Binah).
De ahí entonces que las respectivas imágenes mágicas de cada uno de ellos son: una figura masculina, con barba, para La Sabiduría, y una mujer madura, una matrona, para El 


Entendimiento, Ambas, así como todas las demás esferas del Árbol de la Vida, emanan en un único y mismo acto, ya que esta creación, desde el punto de vista de Dios, no se genera en el tiempo y en el espacio, sino que estos elementos son consecuencia de aquella.

Como nosotros apreciamos este universo dentro de nuestro tiempo y espacio, podemos sacar conclusiones tergiversadas y alejadas de la realidad esencial, debido a que estamos sometidos a las limitaciones de la propia creación.

Toda nuestra existencia gira en torno a un universo que es un enorme reflejo del pensamiento divino, denominado maya por los hindúes.


Sin embargo, estas distorsiones reciben distintos nombres, dependiendo del plano en que se esté trabajando, denominándose ilusión en el mental y espejismo en el emocional.

Así es como, mientras más denso sea el plano en el que nos encontramos, más alejados estaremos de la realidad esencial.

Al estar sometidos a las innumerables y diversas leyes que rigen cada uno de los planos de manifestación, más enmarañada está nuestra percepción.
Por ello se dice que mientras más elevado es el plano en que se encuentra el estudiante, más libre puede ser, hasta llegar el momento en que estará tan liberado que volverá a su esencia espiritual, fundiéndose con el Creador.

Podemos decir que el mayor estado de liberación lo podemos lograr en el estado de consciencia que emana de la esfera de Kether y que, en nuestro actual estado de existencia, podemos lograr, al menos, un acercamiento místico a través de la visión de su imagen mágica.

Con respecto a la esfera de La Sabiduría (Kjokmah), cuesta establecer la relación con el elemento activo o positivo del Árbol de la Vida, ya que lo usual es que el primer elemento – en este caso, Kether – sea el activo.
Para comprender esta situación debemos analizar, desde un punto de vista didáctico, la dinámica que se produce desde la Inmanifestación hasta la esfera de Binah.

Como vimos anteriormente, la esfera de Kether es la resultante del proceso que se produce en el Inmanifestado:
Activo = Negatividad (Ain),
Pasivo = Lo Ilimitado (Ain Soph),
Neutro = La Luz ilimitada (Ain Soph Aur);
siendo la esfera de Kether la transición de este proceso.

Lo normal es que el elemento de transición se constituya en el elemento activo del siguiente proceso.

Sin embargo, ello no ocurre con Kether por cuanto, si bien nace de un proceso dinámico, su manifestación completa no se da en este mundo – no forma parte de él – sino que está sobre el sistema o estructura. Por ello recibe el nombre de Corona.
Kether está en proceso de transformación permanente (Primeros Torbellinos) del cual emana la polaridad activa y pasiva de la Manifestación: Abba y Ama, el Padre Superno y la Madre Superna, Activo y Pasivo, Kjokmah y Binah, que no son más que Kether transformado en energía y forma.

Esto es lo que comúnmente escuchamos en diversas religiones como la Unidad y Trinidad de la Divinidad al decir que Dios es Uno y Trino, en otras palabras, es la Cabeza Que No Es, el Padre y la Madre.

El Triángulo Etico:
El segundo triángulo que se forma es un reflejo del primero, una imagen proporcional, figura invertida de la Tríada Superna.

Está conformado por las esferas de La Misericordia (Kjesed), La Fuerza (Gueburah) y La Armonía (Tipheret).
Llama la atención el nombre de Triángulo Etico que se le ha dado a esta tríada, ya que nos sugiere la idea de que ella nos está rigiendo en relación a ciertos principios o normas de regulación de las formas y energías de la creación.

Ello es así y lo explicamos a continuación:
El primer elemento que aparece en la Creación después de la aparición de la Tríada Superna – que se encuentra bastante alejada de nuestra realidad y percepción por ser eminentemente abstracta y sutil – es la esfera de la Misericordia (Kjesed-Zeus), Si utilizamos la mitología griega podemos encontrar algunos antecedentes que nos permitirán comprender la relación que aquí se produce.

Cronos-Saturno, conocido como el dios de la tierra y de la cosecha, personificación del Tiempo, hijo de Urano y de Gea, había destronado a su padre, rigiendo al mundo, y para evitar correr la misma suerte devoraba a sus hijos apenas nacidos.

Sin embargo, su esposa Rea, en vez de entregarle al último de ellos, envolvió una piedra en un pañal y se lo dio a tragar sin que Cronos se diera cuenta del engaño.
Este hijo llamado Zeus (Júpiter para los romanos) creció alejado de su padre y, siendo ya adulto, lo destronó y extrajo de las entrañas de Cronos a sus demás hermanos liberándolos.

Entre ellos lograron salvarse Poseidón (dios de los océanos), Plutón (dios de los infiernos) y Hera, esposa y hermana de Zeus.
Desde ese momento Zeus gobernó en reemplazo de su padre. Posteriormente, padre e hijo se reconciliaron y Cronos-Saturno gobernó a los dioses antiguos.
Binah (Cronos-Saturno) representa la gran matriz del Universo de la cual emanarán todas las demás formas de la creación.


Hasta el instante previo a la aparición de Kjesed (Zeus) todas las demás formas (sus hermanos) habían quedado aprisionadas en la Gran Matriz, sin que hubieran podido llegar a plasmarse, debido a la falta de energía suficiente.
Sólo Kjesed (Zeus), con ayuda externa, logra sobrevivir a ese aprisionamiento y, una vez llegado a la madurez, podrá liberar a las demás formas, Esto ocurrirá cuando tenga la fuerza suficiente para generar su propia creación: el septenario inferior demiúrgico.

De aquí en adelante emanarán de la esfera de Kjesed todos los arquetipos del septenario inferior del Árbol de la Vida. Por ello es que en esta esfera se dan las profecías y la conexión con los Maestros del pasado. Esta esfera es el nexo con lo superior de donde emanan todas las formas y a través de ella se pueden plasmar las formas inferiores, conociendo lo superior y lo inferior.


No obstante, también en la esfera opuesta, la Fuerza (Gueburah), nos encontramos con aspectos arquetípicos, esta vez orientados hacia lo kármico, además de la regulación a través de las normas y de la disciplina, que nos impele a una actuación determinada dentro de ciertos parámetros.

Tenemos entonces los aspectos profético-intuitivos de la esfera de Kjesed y los aspectos kármicos de la esfera de Gueburah. Ambas orientan el desarrollo del resto de la creación y, en especial, de nuestro pensamiento y sentimiento. De ellas emana todo el aspecto formativo que tendrá su concreción en el cuaternario inferior (la personalidad en el ser humano).

La intuición de la energía activa (Kjesed) en conjunto con la rigidez kármica de la forma y la disciplina (Gueburah) se sintetizan en la esfera de la Armonía (Tipheret).
Estas tres esferas nos brindan el aspecto ético o moral (arquetípico) a través de los cuales se regirá la vida en los planos inferiores.

En otras palabras, podemos decir que la regulación ética o moral de esta Tríada se asimila a los arquetipos, que luego se estructurarán en pensamientos, después en ideas, las que encontrarán su concreción en lo físico.
Hay un descenso, entonces, desde lo general y abstracto a lo particular y concreto, produciendo una armonía entre lo existente en los planos sutiles y lo creado en los planos inferiores.
Esta armonía sólo puede ser entendida cuando se analizan las cosas o situaciones de la vida o de la historia en el verdadero contexto espiritual del peregrinaje y redención del alma.
En esta esfera encontramos también el equilibrio perfecto entre las normas legales que regulan la vida de la creación y la suficiente inspiración de justicia y misericordia, emanada de la Voluntad Superior, De allí que las conductas valorativas, sean estas emocionales o mentales, deben encuadrarse en aquellas formas arquetípicas más elevadas.

La Tríada Mágica:
La tercera tríada del Árbol de la Vida está conformada por las esferas de La Victoria (Netzach), La Gloria (Hod) y El Fundamento (Yesod). Esta tríada es también un reflejo de la Tríada Superior y, por lo tanto, tiene una estructura invertida, o sea descendente, siendo el Fundamento su vértice inferior.


El nombre con el que se suele conceptualizarla es el de Tríada Mágica, por su especial interrelación con todo el proceso fenoménico que es capaz de producir la unión de lo astral o emocional, lo mental y lo etérico o electromagnético.
En estos tres campos es donde se forman los vórtices de energía para su concretización en el plano físico y es donde se generan los procesos creativos finales.
Esta Tríada reviste entonces una gran importancia para toda la actividad creativa del ser humano, así como para la modificación de conductas arraigadas en su inconsciente, ya sea éste personal o colectivo, sobre todo cuando se realiza con un equilibrio emocional y mental.

Como ejemplo, podemos señalar que cuando una persona necesita efectuar un cambio en el mundo físico, requiere antes que nada establecer un objetivo prioritario dentro de las muchas necesidades que ella pretende alcanzar.

Una vez establecido un objetivo (Hod), debe dinamizarlo o energetizarlo con la motivación suficiente para que llegue a plasmarse en lo físico, y ello se produce con el trabajo emocional o astral (Netzach).

Una vez unido lo mental y lo emocional, el objetivo empezará a tomar una forma específica en el mundo etérico (Yesod), hasta que por fin trascenderá esta tríada para plasmarse en la esfera del Reino (Malkuth), el mundo físico.

Por otra parte, las personas con una mayor carga emocional requieren desarrollar la parte mental con el objeto de poder llegar a la concretización en el plano físico.
Si no, gastan demasiada energía que se dispersa en innumerables objetivos sin que lleguen estos a resultados concretos, o dilatan su realización en el tiempo.

En este aspecto podemos destacar entonces que se hace necesario un crecimiento armónico en las personas, tanto en lo emocional como en lo mental, para que haya un desarrollo pleno.
Mejor aún si ello se produce en escuelas iniciáticas que persigan potenciar la parte mental, como lo es el Martinismo, o las escuelas del Cuarto Camino, y la parte emocional superior, como es el desarrollo místico de las verdaderas escuelas Rosacruces y similares.

Ambas vías en conjunto, conocidas como la vía cardíaca y la vida mental, nos pueden llevar a desarrollar, a su vez, la vía de la consciencia, que se encuentra en el Pilar del Medio, también denominado Pilar de la Consciencia o Equilibrio del Árbol de la Vida.

El Reino (Malkuth):
Como decíamos al comienzo, la esfera del Reino no forma triángulo alguno, al menos en el esquema en que nos encontramos trabajando.

Es el receptáculo de todas las demás esferas del Arbol de la Vida y, especialmente. de las esferas de la Victoria (Netzach), la Gloria (Hod) y del Fundamento (Yesod).
De ahí entonces que, como estas esferas corresponden a los mundos inferiores en el Arbol y a la personalidad en el ser humano, de su influencia se produce la formación de un mundo cuaternario en el Reino.
Por ello es que cuando se otorgan las relaciones cromáticas de cada una de las esferas a la esfera de Malkuth, se le asignan cuatro colores.

Esta relación es la siguiente:
La Corona, Kether: Blanco
La Sabiduría, Kjokmah: Gris
El Entendimiento, Binah: Negro
La Misericordia, Kjesed: Azul
La Fuerza, Gueburah: Rojo
La Armonía, Tipheret: Amarillo dorado
La Victoria, Netzach: Verde
La Gloria, Hod: Anaranjado
El Fundamento, Yesod: Violeta
El Reino, Malkuth: Oliva, limón, bermejo y negro.

Desde este punto de vista, observamos que la tríada superior se basta a sí misma para generarse cromáticamente desde su aparición dual propiamente tal: Luz-Sombra, para dar la composición del gris y del negro de Kjokmah y de Binah.


Luego se produce un salto dimensional y se pasa a la composición colorida, partiendo de la segunda tríada.
Como vemos, ésta corresponde a los colores primarios: azul (Kjesed), rojo (Gueburah) y amarillo (Tipheret).

Luego se forma la tercera tríada por las combinaciones de las tres esferas anteriores:
Netzach = verde; por el azul de Kjesed más el amarillo de Tipheret;
Hod = anaranjado; por el rojo de Gueburah más el amarillo de Tipheret;
Yesod = violeta: por el azul de Kjesed más el rojo de Gueburah.

Por último, en la esfera de Malkuth se forman cuatro colores: limón, oliva, bermejo y negro, por la intervención compleja de las siguientes esferas:
Limón: amarillo de Tipheret y violeta de Yesod
Oliva: rojo de Gueburah y verde de Netzach
Bermejo: azul de Kjesed y anaranjado de Hod.

El color negro del Reino (Malkuth) juega un rol muy importante por cuanto es la síntesis de todos los demás colores.
Podemos decir que es la síntesis de todas las demás influencias del Árbol de la Vida.
Por ello, previo a su aparición como tal – representando además el elemento tierra – se forma una tríada con los demás elementos: aire, fuego y agua.





Toda tradición oculta digna de su propio nombre emplea ciertos diagramas e instrumentos pictóricos en el entrenamiento de sus miembros.
Como ya hemos señalado, la tradición occidental está compuesta, abarcando los misterios enseñados en Grecia, Egipto, Caldea e Israel, y por esto ha sido un gran almacén de tales mandalas, como son llamados en oriente.


Pero el mandala por excelencia es conocido como “el árbol de la vida,” y proviene de escuelas esotéricas caldeas y hebreas.
Se ha hecho referencia a ella como “El glifo todopoderoso, todo abarcador del universo y del alma del hombre,” y esta es una muy buena descripción suya.

Es, en sí mismo, un diagrama completo de la filosofía conocida como la Qabalah, y puede ser usado en conexión con varios cultos y filosofías tanto de Egipto y Grecia, como de aquellas de Tierras nórdicas y del medio oriente.
Es una piedra Rosetta oculta, que como la original Rosetta Stone, nos permite traducir lenguajes previamente desconocidos para nosotros en uno con el cual estamos familiarizados.
Como el lector estará prevenido, la Rosetta Stone original contenía un trozo que había estado escrito en tres lenguajes; uno de aquellos era el Egipcio (que en el tiempo en que uno de los oficiales encontró la piedra, era un idioma desconocido, cuya llave a este estaba perdida).
Por el desciframiento de inscripciones en Latín y Griego que eran idénticas en significado, llegó a ser posible comenzar la traducción de los antiguos caracteres Egipcios, y desde este comienzo, el trabajo se ha llevado a cabo a tal grado que el lenguaje del antiguo Khemi ha dejado de ser desconocido.
Una vez que hayamos encontrado el significado de los nombres hebreos en el árbol, podemos “ubicar en el árbol”, para usar un término técnico, cualquier otro sistema de filosofía y ser capaces de ver cómo funcionará.

Esto en sí mismo es de gran importancia, pero hay muchos otros usos que pueden hacerse del árbol.
Es esencial darse cuenta, sin embargo, que el árbol no es un mapa de un país no descubierto o del alma del hombre o del universo en que vivimos, sino es más bien un diagrama de las relaciones mutuas de las fuerzas que subyacen en ambos.

Junto con el árbol hemos heredado un gran cuerpo de filosofía basado en él, y fueron los mutilados fragmentos de esta filosofía los que formaron el marco de la magia medieval.
Varios libros del árbol de la vida han sido publicados en los años recientes.

Los más importantes están mencionados en la bibliografía al final de este libro.
Por esta razón, no se ha propuesto dar una detallada exposición del árbol en estas páginas.
Pero lo que se ha intentado es dar al aprendiz a mago otro punto de vista en consideración a este antiguo pantáculo (Glifo).

Sucintamente, el árbol es un maravilloso diagrama de fuerzas; no de cosas.
Si consideramos al universo en que habitamos, y posteriormente consideramos la naturaleza de nuestro contacto inmediato con éste, nos damos cuenta de que estamos viviendo en un universo en el que una de las manifestaciones supremas de la realidad subyacente es ese fenómeno que llamamos “vibración.”

Todas las cosas, todas las fuerzas y todos los seres son expresiones encontradas en el universo por medio de vibraciones.

Cuando alguien habla, las vibraciones de su voz son llevadas por el aire. 
Cuando vemos, las vibraciones lumínicas están afectando nuestra maquinaria óptica.
Las vibraciones del sonido afectan nuestros oídos, y hay causas para creer que el sentido del olfato no depende por completo de la amplia difusión de pequeñas partículas de la sustancia olida.

Cuando consideramos a ambos, luz y sonido, encontramos que tienen una escala ascendente de frecuencia, y en esta escala toda manifestación lumínica (esto no rechaza la hipótesis cuántica de la luz.
Esta tiene su valor tanto en física como en magia, pero una consideración así aquí nos alejaría de nuestro campo elegido) y sonora puede ser ajustada.
De tal modo que el universo entero en que vivimos es el teatro de una infinidad de fuerzas entrelazadas, y esas fuerzas están en trabajo en niveles objetivos y subjetivos en ambos, el universo y el alma del hombre.

La Qabalah declara que hay un enorme campo de fuerzas y vidas en acción y reacción, y este campo del concurso de fuerzas es generalmente conocido como “Adam Kadmon”, el hombre celestial.
En el cuerpo de este Hombre Celestial, literalmente vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser, a pesar de que debemos ser cuidadosos de no identificar el Cuerpo del hombre celestial con su naturaleza esencial.
Verdaderamente, en medio del concurso de las fuerzas existimos, e igualmente verdadero, en su Espíritu Inmanente que es En Sí Mismo el Hombre Celestial, subsistimos los espíritus humanos; Tal como, un gran poeta griego escribió una vez, “nosotros también somos Su descendencia.”
Somos partes vivientes de un organismo vivo; un organismo que es impregnado, y que al mismo tiempo es creado por el Espíritu Eterno, que es inmanente en éste, y lo transciende.
Por experiencia de miles de años los místicos iluminados de Egipto y Caldea, de quienes este sistema derivó, elaboraron un sistema de notación que les pudiese permitir clasificar algunas de las fuerzas con las que tenían contacto, y así gradualmente se formó un cuerpo de conocimiento que pudiese ser dictado a las generaciones sucesivas de estudiantes.

El nombre QBL significa de boca a oídos, y en consecuencia, fue una tradición oral, nunca escrita hasta la escuela de Moisés de León que fue la primera en dar el Sepher Yetzirah, “el libro de la formación” y el Zohar, “El libro de los esplendores” al mundo externo.

Pero, a pesar de que el conocimiento arcano fue transmitido de forma oral, también se había elaborado un diagrama por medio del cual las relaciones existentes entre las múltiples fuerzas del universo podrían ser deducidas. 

El diagrama o Glifo es conocido como Otz Chiim, el Árbol de la Vida.
Un cínico una vez dijo que las palabras no eran usadas para transmitir nuestros pensamientos, sino para conciliarlos.

En cierto punto, por supuesto, estaba en lo correcto, pero el propósito por el cual el lenguaje hablado evolucionó fue para transmitir información de un individuo a otros.
En la infancia de la raza, un ejercicio inconsciente de telepatía era la base de la comunicación, pero con la evolución del sistema nervioso cerebro espinal las imágenes hasta entonces transmitidas por medios telepáticos fueron ligadas con ciertos sonidos.

Subsecuentemente se erigió la secuencia de pensamiento que usamos actualmente: percepción, concepto, palabra.
Cuando se trata de transmitir la información, entonces el proceso es el concepto, y después la palabra.

Pero fue la percepción por uno u otro de los sentidos físicos lo que dio origen al concepto.
Déjenos explicarnos más en detalle.
El pequeño nieto del escritor presente está justo ahora comenzando a hablar, y sus esfuerzos dan un buen indicio del proceso que opera en su mente.

El tiene evidentemente uno o dos conceptos bastante claros que han sido construidos por sus sentidos-percepción, pero son muy claros.
Todos los animales vivientes son “Sals” (el nombre del perro que cuida la casa siendo “Sallie”).

Todos los hombres son “papas”, y todas las plantas son “flo-flos” (Flowers).
Es evidente que cada uno de esos conceptos explícitos tendrá que ser partido en más subdivisiones, pero el concepto general ha sido construido y ligado a un sonido de palabra particular.

Ahora, toda nuestra vida estamos constantemente variando los conceptos mentales que hemos construido a través de nuestra existencia, ya sea expandiendo su significado, o estrechándolo de acuerdo a la costumbre, temperamento o condiciones.
Pero debe ser claramente mantenido en mente que las bases de todos esos conceptos son las percepciones de los cinco sentidos físicos.

Ellos proveen la “imaginería” que define y forma los múltiples conceptos.
Incluso, cuando llegamos al tan llamado pensamiento “abstracto” los mismos procesos son los que operan, a pesar de que la conexión es más difícil de observar.

Ahora, solía ser un dictado entre los sicólogos (y sigue siéndolo entre algunos de ellos) que nada existe en la mente que no ha sido traído a las puertas de los sentidos físicos.
Ahora sabemos que esto es incorrecto, pero si alteramos la declaración para leer “nada hay en la mente que no ha llegado a través de los sentidos”, entonces estamos más cerca de la verdad.

Pues los sentidos suprafísicos también están registrando sus percepciones en la mente.
Hay, sin embargo, una gran diferencia entre los sentidos físicos y los suprafísicos.
El primer grupo deriva sus imágenes del mundo externo, el segundo de los Mundos Internos.

Ya que la personalidad ha sido construida por reacción a estímulos físicos, todos sus conceptos son en términos de objetos y seres físicos, y los conceptos que son erigidos en términos de Planos Internos no tienen significado para estos.
Uno a menudo encuentra gente que lamenta su carencia de capacidad de “traer a través” a su conciencia el conocimiento ganado en los niveles de los Planos Internos.
Aun, suficientemente curioso, pasa muy a menudo que ellos han realmente traído a través 


una gran cantidad de tal conocimiento, pero a causa de que los conceptos construidos son de un orden distinto a aquellos construidos a través de los sentidos físicos, permanecen sin notar por el ser consciente.

Ahora, los niveles de la luz astral han sido trabajados o elaborados por la mente del hombre, y la imaginación de la tierra ha sido impuesta sobre esta sustancia astral sensible, de tal forma que las descripciones generales de los Planos Internos, tales como son dadas por clarividentes o comunicadas a través de médiums sensitivos, son relativamente verídicas, pues describen lo que pudiésemos llamar los niveles de luz astral “condicionada a la humanidad.”
Pero si deseamos estudiar las Fuerzas básicas de la Luz astral, entonces tenemos que usar alguna forma de concepto basado, no sobre propiedades ópticas o sensoriales, tales como tamaño, peso, dureza, color o sonido, sino sobre puras relaciones.
Debe ser recordado por supuesto que la mente siempre usará imágenes de algún tipo u otro, y si la conciencia despierta no tiene almacenadas imágenes por las cuales pueda realizar tal forma de percepción, ésta usará algunas de las imágenes sensoriales derivadas de la acción de los sentidos físicos.

Esto es bastante correcto, siempre y cuando claramente entendamos que tales imágenes están siendo usadas en una capacidad representativa, y no son las cosas realmente percibidas por los sentidos internos.
Por supuesto, una gran parte en la Luz Astral que concierne a las condiciones de la humanidad más o menos inmediatas después de la muerte puede ser precisamente expresada a través de tales imágenes del plano físico, ya que la acción de las mentes humanas, encarnadas y desencarnadas, sobre la sustancia plástica astral ha resultado en la construcción de formas bastante semejantes a aquellas del plano físico.
Esto es realizado más o menos automáticamente por mentes encarnadas como desencarnadas, pero también puede ser llevado a cabo consciente y deliberadamente, y ha sido llevado a cabo por generaciones de estudiantes de ocultismo trabajando en el glifo del árbol de la vida.
Las múltiples fuerzas de la Luz Astral han sido asignadas a sus propias imágenes simbólicas particulares, y cuando cierta fuerza astral es percibida por un clarividente que ha sido entrenado a lo largo de esas líneas, es vista como un ser de cierto tipo.
Ahora, muchas de esas imágenes representativas son arbitrarias y no proporcionan una verdadera idea de la realidad.

Tales, por ejemplo, son las “formas de Devas” vistas por síquicos hindúes, y las “formas angélicas” vistas por muchos síquicos occidentales.

Tales son también los gnomos, silfos, salamandras y ondinas tradicionales de la magia medieval.
En la misma clase están todos los “espíritus” personificados por los antiguos griegos como oreadas, nimfos, dríades, etc., y cuando los seres astrales en cuestión son percibidos por síquicos que ven en el modo griego, a causa de algún temperamento parcial, entonces esos seres serán vistos de esa forma.
Lo mismo aplica a aquellos en quienes el modo medieval es fuerte.
Ellos verán seres astrales y fuerzas bajo las apariencias de gnomos, salamandras, etc.
Debe ser traído a la mente, también, que la tendencia de toda vida elemental (descendiendo, como esto es, en formas más materiales de sustancia) es tomar cualquier forma disponible que se presente, y tales formas están por ser encontradas en las millones de olas onduladas de energía conocidas como la luz astral.

En este libro, a menos que sea expresado lo contrario, el termino luz astral se refiere a aquellos niveles del Ether Astral básico que han sido modificados por la acción de las mentes de todas las criaturas vivientes sobre el planeta, incluyendo la mente-conciencia del mismo planeta, y que presenta al observador ciertas formas definidas.
Formas como tales no son nativas para la realidad de la substancia-energía viviente que hemos llamado el Ether Astral, y las formas a encontrar en éste son los resultados de las actividades creativas de la mente trabajando hacia abajo desde niveles mentales más elevados, o hacia arriba desde los niveles materiales.
Por tanto la Luz Astral se divide naturalmente en el Astral Superior con su marco de mente y espíritu, y el Astral inferior con sus bases de materia física.
Pero aparte de las formas, el verdadero mundo Astral continúa su manifestación bajo sus propias reglas, y el genio de los adeptos de la Qabalah ha sido idear formas que puedan ser usadas como símbolos indicadores de la fuerza particular involucrada.

Entonces un poderoso y complejo sistema de imaginería viviente ha sido desarrollado alrededor del glifo central del árbol de la vida, y generaciones de estudiantes, a través de cientos de años, han usado y meditado en base a este sistema raíz del simbolismo metafísico.

Esto ha construido en la Luz astral lo que pudiese ser llamado el Egrégor del árbol; El “alma” viviente compuesta cuyo glifo del árbol es el cuerpo físico (Por supuesto, el egrégor del árbol es construido también en realidades por sobre la luz astral. Las realidades más elevadas pudiésemos llamarlas el “divino astral”).

Aquellos que trabajan con el árbol, vienen en relaciones de simpatía con su Egrégor, y pudiesen ganar de él, por una especie de acción telepática, luz en problemas diarios, y conocimiento de las realidades internas que trascienden aquello que ellos pudiesen alcanzar sin tal asistencia.
Toda operación mágica, cuando es llevada a cabo por aquellos que han sido entrenados en las escuelas de la Qabalah, están basadas en, y utilizan, el almacén de imágenes en el Egrégor del árbol.
Toda fuerza astral que pudiese ser usada en tal magia tiene su propia personalización simbólica en ese grupo de imágenes asociadas, y por consciente manipulación de esas imágenes representativas, las fuerzas de las que son expresión son igualmente manipuladas.
Como el nivel de la mente que trata con tales imágenes es la tan llamada mente “subconsciente”, es un axioma en magia que es la mente subconsciente la que es el agente mágico (La alta sacerdotisa del tarot) mientras que la mente consciente es el factor dirigente y controlador (El mago del tarot).
Por esto, todas las operaciones mágicas son indirectas por la conciencia personal. La real operación es llevada a cabo por los niveles subconscientes de la mente, trabajando a través de imágenes apropiadas. Esta es una de las leyes más importantes de la magia.
Como el lector verá en estadios posteriores, es posible hacer nuestro propio árbol.

De hecho debemos hacerlo si queremos llegar a hacer un trabajo real con este sistema.
Pero esto no significa que debamos aceptar ciegamente las clasificaciones manejadas y traídas a nosotros por nuestros hermanos más antiguos. En esta materia, debemos ser nuestros propios originadores.

Debe ser recordado que con un incremento en conocimiento, el cual es una característica tal en nuestros tiempos presentes, hay tantas nuevas avenidas de pensamiento que estuvieron cerradas a nuestros predecesores, y de aquellas nuevas imágenes-pensamientos podemos construir, lo que pudiese ser llamado, una “actualización” del árbol de la vida.

De hecho, es necesario que hagamos esto, pero el verdadero aprendiz a mago aprende también a seguir el ejemplo dado en el nuevo testamento, del ”sabio cabeza de familia, quien saca de su casa del tesoro, cosas viejas y nuevas.”
A pesar de que nuestros antepasados fueron ignorantes de mucho del conocimiento elemental nuestro, ellos todavía mantenían en mente los mismos problemas humanos básicos que dejan perplejos y preocupan a sus astutos descendientes actuales.

En el sistema establecido de relaciones que es el árbol de la vida, encuentran una llave para abrir la puerta de la sabiduría, y sus meditaciones en ella han construido en el egrégor del árbol mucho que aun es de valor en la actualidad.
Posteriormente, cuando hacemos nuestro árbol moderno, es bueno darse cuenta de que si hacemos una contribución a ese grupo de formas de pensamiento, éste, en cambio, puede trabajar a través de imágenes arcaicas dentro en lo profundo de nuestras mentes.

El glifo del árbol puede ser usado para propósitos de meditación y también como un plan sobre el cual el trabajo práctico y objetivo puede ser hecho, pero esos dos aspectos del trabajo con el árbol (podríamos llamarlos los aspectos subjetivo y objetivo) usan diferentes diagramas.
Diferentes en color, eso es, el método de uso de las fuerzas en la meditación es diferente del que es usado en el trabajo mágico práctico, y esta diferencia es mostrada en los colores del árbol.
Cuando se considera los colores usados para los diagramas del árbol, debiese ser recordado que para trabajo mágico objetivo e iniciación ritual, las estructuras síquicas que son construidas están ligadas con los Sephirots apropiados, y éstos están coloreados en una escala más alta que los Senderos que los conectan.
Pero para el trabajo de meditación relacionado con la acción sobre nuestras propias debilidades, la estructura psíquica, o Templo Astral, debiese estar en la misma escala de color que los Senderos en conexión.
Esto le permite trabajar sobre los centros correspondientes en la propia aura.En esta conexión, será visto que las cartas del tarot están asignadas a los Senderos del árbol, y por meditación en la carta en cuestión, el centro apropiado puede ser estimulado. La concentración directa sobre los centros síquicos es desaconsejable; la mente consciente puede tan fácilmente alterar su delicado equilibrio.
El estudio cuidadoso de los libros ya escritos sobre el árbol de la vida facilitará al estudiante a usar el árbol en sus diferentes escalas de color, y por este motivo no daremos aquí detalladas instrucciones.
Si indicamos los principios, entonces el uso práctico de ellos puede ser ensayado por los estudiantes, y es sin duda mejor que se les permita hacer su propia aproximación, incluso a pesar de que pudiese ser fallida en su estadio inicial, que simplemente seguir ciegamente instrucciones de otro. Al menos, así pensamos.
Usando el glifo del árbol de la vida, ya sea para meditación o para propósitos mágicos, es importante recordar que los símbolos deben ser usados sistemáticamente, en concordancia con sus relaciones funcionales, pues estas relaciones son la esencia del árbol, como ya hemos señalado. El árbol es un diagrama de relaciones.
Es también aconsejable trabajar con los opuestos, por ejemplo, la meditación o las operaciones mágicas usando la esfera de Marte (Sephirah Geburah) debiesen ser seguidas por otras usando el simbolismo de Júpiter (Sephirah Gedulah). En este momento un desarrollo balanceado es asegurado, y nosotros decimos que “El equilibrio es la base de la Gran Obra.”

Esto es particularmente importante cuando tratamos de usar el árbol para cosas tales como diagnostico psíquico.

La interpretación de los sueños por el uso del árbol es de las más prometedoras líneas de trabajo, tal que las fuerzas retratadas por el simbolismo de los Sephiroth deben ser encontradas en el microcosmos del alma del hombre tan bien como en el macrocosmos del mundo externo.
Mientras la vida-fuerza desciende a la manifestación en la personalidad, ésta puede ser desviada o torcida en cualquier nivel, y el tipo de simbolismo mostrado en los sueños recurrentes de los pacientes muestra cual nivel Sephirotico está fallando.
Cuando consideramos este asunto de las escalas de color, debe ser comprendido que los colores no son meramente arbitrarios sino que están basados sobre una relación verdadera entre ellos y las fuerzas que representan.
Esta relación puede estar basada en una identidad común, o puede ser una que se ha dado por las meditaciones de generaciones de estudiantes, y que, en consecuencia, es construida en el Egrégor del árbol.
Lo mismo es verdad para todos los símbolos usados en el árbol. Tienen esta naturaleza de dos caras.

El estudiante se habrá dado cuenta que el árbol de la vida es un sistema memnónico estupendo; un sistema que hace uso de los modos de acción naturales de los niveles consciente, subconsciente y supraconsciente del alma.
Puede, por lo tanto, responder porque no podemos construir un árbol de nosotros mismos y usarlo para propósitos auto sugestivos?
¿Por qué molestarnos con el simbolismo del pasado? Es, por supuesto, bastante posible como ya hemos dicho, hacer un árbol actualizado, pero mientras nosotros ya poseemos, en nuestro Inconsciente profundo, todos los símbolos arcaicos del pasado racial, podemos usarlos en nuestro trabajo consciente, ligando nuestros niveles mentales consciente y subconsciente.

Ya que la forma de cualquier sistema de sugestión es al subconsciente, es evidente que un sistema que usa los símbolos arcaicos será mucho mejor en su capacidad de afectar los niveles subconscientes, ya que tratan el mismo lenguaje, en contraposición con cualquier sistema de simbolismo consciente arbitrario.
Llegamos a un punto muy importante.
Cuando estudiamos las variadas formas de instrumentos musicales, (aparte de los instrumentos de percusión) encontramos una clara división en dos clases.

En la primera, que incluye al piano, el órgano y varios instrumentos de viento y madera, las notas ya están hechas para los músicos.
Ellos presionan las teclas de un órgano, o los orificios en la flauta de madera, y las notas musicales correspondientes suenan.

En la segunda clase, que se compone de los instrumentos de cuerda, los músicos hacen sus propias notas por su digitación, por ejemplo acortan o alargan el largo vibratorio efectivo de las cuerdas, provocando que emitan las notas elegidas cuando son puestas en vibración por un arco o púa.
Cuando trabajamos con el árbol en magia práctica, estamos en la posición del músico de la segunda clase, primero aprendemos como producir las notas correctas requeridas.
Esto se hace al usar los símbolos del árbol como objetos en nuestra meditación. A menos que hayamos hecho esto apropiadamente, nuestra magia será usualmente ineficaz.

Entonces, en nuestra meditación tomamos los múltiples símbolos del árbol, y los consideramos en sus dos aspectos, pues todos esos símbolos tienen dos caras en su naturaleza.
Existe el lado “Forma”, cuyo ejemplo es el símbolo pictórico real en sí mismo, y está el lado “Fuerza”, que es la energía de la cual el símbolo es una expresión.

Esta energía existe bajo su aspecto apropiado en todos los niveles del alma y el universo, pero en el plano de la luz astral es manifestado como energía emocional.
En la construcción de nuestro sistema simbólico en la meditación tenemos que aprender a ligar, deliberada y conscientemente, un símbolo con su fuerza apropiada, y debemos llegar a ser expertos en esto, de modo que el mero hecho de erigir el símbolo en la conciencia traiga consigo una oleada de energía emocional del tipo asociada con el símbolo en el árbol.
Igualmente, debemos ser capaces, al abrirnos a ciertos aspectos de la energía emocional, de percibir interiormente con el “ojo mental” el símbolo que representa esa energía.
En este trabajo meditativo técnico, la ligazón de las energías astrales con sus formas correspondientes es hecha de mejor forma por la construcción de una “escena de fantasía” basada en la significancia emocional del símbolo.

Mientras más claramente la fantasía es construida, más estrechamente entramos en contacto con la energía en cuestión.

Este es un aspecto del trabajo (Los ejercicios espirituales de Ignacio de Loyola, que fue el fundador de la orden de los Jesuitas, son un buen ejemplo de lo que se busca, a pesar de que ellos son puramente cristianos y cristianos romanos en eso).
El aspecto complementario es desarrollado al ligar conscientemente el símbolo con la energía al meditar sobre la carga emocional detrás de éste, y posteriormente al permitir varios estados emocionales a desarrollar en nuestras mentes, visualizando los símbolos-formas apropiados al mismo tiempo.
Después de practicar rígidamente esto, llegará un tiempo cuando el mero pensamiento de la emoción traerá a la conciencia despierta el símbolo-forma en cuestión.
Cuando esto ha sido logrado, hemos comenzado el trabajo con el alfabeto de un nuevo lenguaje, y aprendemos a juntar los múltiples símbolos energizados de tal forma de construir lo que pudiese ser descrito como el lenguaje de los Misterios.

Cuando esas imágenes y sus correspondientes fuerzas han sido ligadas, podemos usarlas de dos formas.
En el modo receptivo, si hemos aprendido el “truco” lógico de permitir a las imágenes erigirse, que ya discutimos más arriba, podemos usar esos símbolos ligados para indicar a nuestro consciente despierto las presiones y mareas fluctuantes de nuestro ser emocional, y ya que este lado emocional de nuestra naturaleza está continuamente siendo afectado por las fuerzas e inteligencias de la luz astral, nuestros símbolos como se elevan en la pantalla mental serán una traducción en términos físicos de la conciencia en su propio plano, del cuerpo astral.

En otras palabras, nosotros tenemos un siquismo controlado y disciplinado.
Tal sistema de percepción psíquica tiene la gran ventaja de ser capaz de ser chequeado, ya que la súbita emergencia de símbolos de otro tipo mostrará que la visión es mezclada.

Con práctica, este tipo de percepción síquica llega a ser muy precisa y se fusiona a una forma de percepción directa de los niveles astrales sin símbolos.
Esta forma de entrenamiento síquico es de gran valor y tiene la ventaja de estar enteramente bajo control del ser despierto.

Es importante dejar esto claro.
En los sistemas Qabalísticos de entrenamiento síquico, los múltiples “planos” o niveles de vibración son mantenidos aislados de otros.

Para usar la expresión acuñada por Swedenborg, ellos son “discretos y no continuos.
” Esto significa que el síquico entrenado Qabalísticamente no sufre de cualquier erupción súbita de visión astral en su consciente vida diaria.

Solo cuando deliberadamente lo desea los velos entre el plano físico y los niveles internos son removidos.
En el lado objetivo, la disciplina de la “meditación por ligazón” permite al mago construir su Templo astral y cargarlo con las fuerzas correspondientes a través de la manipulación consciente de los símbolos en cuestión.

Será visto, que la meditación quieta y prolongada en el árbol es necesaria si cualquier uso práctico se realice de éste.
Puede ser mencionado también que ya que todos los objetos conectores de la vida física pueden ser colocados en su nivel apropiado en el árbol, las relaciones existentes entre las múltiples agrupaciones de Sephirots gradualmente construirán un sistema filosófico innato dentro de la mente del mago.

Este proceso es asistido por el uso de lo que son conocidos como “meditaciones semillas.
” Al usar esas meditaciones semillas, se medita sobre un estamento particular, y entonces pasa al Inconsciente.

Este desparece, pero en una fecha posterior este reaparece bastante súbitamente en la consciencia junto con una multitud de ideas asociadas más una realización de su verdadero significado que nunca podría haberse obtenido por una mera meditación consciente sobre éste.

Todos los símbolos en el árbol, y más particularmente los curiosos y crípticos “textos Yetziraticos” que son atribuidos a cada Sendero, pueden ser usados en meditaciones semillas de esta forma.





Este es el diagrama kabalístico del Árbol de la Vida, representa el descenso de la energía por la Voluntad Una, desde los planos mas sutiles y etéricos (Kether) hasta su manifestación en el reino denso de la materia (Malkuth)
También representa los caminos que se pueden seguir en sentido ascendente, de retorno a lo divino.
Cada sendero es una modalidad de consciencia y cada sephirah (esfera, en plural es "sephirot") es un estado de evolución del ser.
Observe que las frases del Arquetipo Maestro (ver entradas anteriores) siguen el orden de los sephirot; mencionan el nombre de cada uno en español.
La frase con el No. 0 corresponde a lo inmanifestado y eterno.

La frase No. 1 corresponde a la Corona, que simboliza la Voluntad Primaria

El estudio a profundidad y las prácticas de meditación sobre el Arbol de la Vida, están reservados para una etapa más avanzada en su desarrollo.

Constructores del Adytum ha creado este curso a consciencia, para llevarle paso a paso por senderos de liberación, en la forma segura para su propia psique.








LA ROSACRUZ HERMETICA





En el centro de la cruz destaca el alfabeto hebreo conformado por:
Las tres letras madres que son ALEPH, MEM Y SHIN.
En el siguiente círculo vemos alas 7 letras dobles: BETH,VAV, PE, KAF, CHET, GIMEL y DALETH.
En el tercer círculo tenemos a las 12 letras simples del alfabeto hebreo (הוזחטילנסעצק).
En el centro mismo de la cruz se puede observar la rosacruz la cual simboliza la unión o cruza o apareamiento entre la polaridad masculina con la femenina (Fuego-Agua) dando como resultado la rosa que es el fruto de la vida y que representa el alma o consciencia cósmica indicando que el ser humano se ha convertido en alma viviente y plenamente manisfestada en el plano de la experiencia terrenal.
Formado por los 4 elementos fundamentales: aire, tierra agua y fuego .
Mas la quintaesencia representada por el pentagrama o estrella de 5 puntas, rigiendo su destino por el 7, los 7 días de la semana, los 7 planetas de mayor influencia; la luna, mercurio, venus,marte,jupiter saturno y el Sol mismo quien representa el ego o expresion de la individualidad del ser creado y manifestado como YO SOY.
Los elementos alquímicos fundamentales como el azufre (fuego-masculino), el mercurio, agua-femenino) y la sal (Tierra-neutro andrógino) dando lugar a la conformación y manifestación alquímica de los 4 elementos Tierra, aire, agua y fuego que al ser procesados en la alquimia sagrada producto de la experiencia del ser manifestado dan lugar a la quintaesencia, alma viviente o consciencia cósmica manifestada en el plano terrenal es decir, el Hombre a imagen y semejanza de su creador.




Árbol de la Vida Kabbalah

Es fuente de todo aquello que precisamos en la vida, solo que este Árbol, no da frutos materiales, sino que de él recogemos bendiciones, abundancia, plenitud, fuerza, poder, sanación, felicidad y dulzura. 
Este Árbol nos conecta con nuestro origen, con el universo, con el principio y el fin de todas las cosas, con lo que fue, es y será, con un mundo ilimitado, con la inmortalidad, con la verdad, con toda la belleza inimaginable e intangible, con todas las emociones positivas, con otra realidad sin caos, sin miedo, sin muerte. 

Ese es el Árbol de la Vida.
En el Árbol de la Vida encontrarás todo aquello que necesites y que jamás pensaste ni siquiera concebiste que pudiera existir.
Hallarás el elixir de la fruta más dulce y madura, de la lucidez y la conciencia, de la certeza y la seguridad.
Y todos deseamos encontrar ese árbol, ¿Donde se esconderá ese árbol?
Y pasamos la vida persiguiendo esos destellos de alegría, corriendo detrás de la felicidad, de objetos y personas que puedan proporcionárnosla, sin darnos cuenta que ese lugar que buscamos desesperadamente no está en este mundo, no se puede observar con los sentidos.
Está más escondido, en nuestro interior yace y descansa ese Árbol de la Vida, cuya sombra nos ampara, se halla dentro de nosotros cuando las voces fuertes se callan, cuando estamos en paz y podemos vislumbrar otra realidad, conectar con lo que verdaderamente somos, con nuestra esencia.
Este árbol hunde sus sus raíces en un mundo donde no existe el tiempo, el espacio ni el movimiento.
Donde todo permanece y fluye incesantemente, sin altibajos, sin ciclos.
Vuelve a tu Árbol de la Vida, riégalo y cuídalo siempre que puedas, pues solo así podrás obtener todo aquello verdadero que deseas.
Solo así conseguirás los frutos reales, los frutos intangibles, los que perduran y nunca caducan.

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